Experiencias. Recuerdos. Puertas que se abren y se cierran intentando opacar aquello conocido, amado y odiado, como Soledad.
LA ÚLTIMA PUERTA
Existencialidad.
Un camino recorrido, una
experiencia incesante,
Vestigios de conocimientos
difuminados por nuestros defectos,
Confusión de la nada
infectando
La única pureza concebida
por nosotros...
Emociones.
Y a cada puerta atravesada,
A cada nuevo camino
recorrido,
Alguien es dejado atrás,
Alguien transfigurado en
nada y que potencialmente
Habría sido todo....
Tú.
....
Te dejo atrás, renunciando a
una parte de mí.
¿Es que acaso la única
manera de aprender de otro,
Es a través de su recuerdo?
¿Quién -alguna vez- se
quedará?
Y mientras su calor se
desvanece,
Recuerdo los momentos que me
dejó,
Recuerdo la tristeza y
melancolía
Que con ello me embargó.
Triste contrariedad:
Aquellas remotas y escasas veces
Que he anhelado a mi lado a
alguien conservar,
Comparten vacíos con otras
voces,
Eligen otros errores, que
resultan ser
Aquellos mismos errores que
yo siempre cometo...
... Y falencia tras
falencia, construimos soledad.
Desesperanza triunfante,
Encarando a aquella
esperanza testaruda:
¿Cómo decir adiós a la
compañía,
y abrazar aquella tentadora
misantropía,
si mi alma te sigue buscando
en el mar de caras inexpresivas?
Te miro por última vez, y un
adiós silencioso arranca de mis labios cerrados.
¿Puedes sentir mis lágrimas?
¿Te harían volver, si las
sintieras?
¿Y como (dime cómo), he de
ser capaz de aceptarte nuevamente,
Cuando un camino de
sufrimientos y llanto,
Precede a tu abrazo?
Abro los ojos.
Limpios ya de lágrimas.
Constatando tu ausencia.
Miro por última vez el
espacio que quedó de ti,
Y vuelvo mi mirada a la
inmensidad de mi nuevo camino.
Y empiezo a andar.
Existencialidad.